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Núñez de Arce: noventa años de historia viva de Valladolid
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Construcción del edificio proyectado por Miguel Fisac
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Construcción del edificio proyectado por Miguel Fisac
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Núñez de Arce: noventa años de historia viva de Valladolid


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 Ya se ha publicado el listado de baremación correspondiente al proceso de admisión para ESO y Bachillerato 2023/2024: Está disponible en la sección de admisión en este enlace.
 
Se recuerda que el plazo para presentar reclamaciones es del 16 al 22 de mayo , que el 22 de junio se publicará el listado definitivo de adjudicación de plaza escolar y que el periodo de matriculación será, para ESO y Bachillerato, del 23 de junio al 12 de julio de 2023.

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Se convoca a las familias de los siguientes cursos a una sesión informativa y de orientación académica que tendrá lugar en la Sala Ambigú del IES, en el siguiente horario:

Día: Miércoles, 17 de mayo de 2023

Familias del alumnado de 2º de ESO

17’30 horas

Familias del alumnado de 3º de ESO

18’15 horas

Familias del alumnado de 4º de ESO

19’00 horas

Familias del alumnado de 1º de BACH

19’45 horas

El alumno de 1º de BACH José María Poza Valdivieso ha sido el ganador provincial del concurso literario escolar "Carta a un militar español" con la carta titulada "No te rindas".

El concurso ha sido convocado por la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar del Ministerio de Defensa. El tema del concurso se centra en “Las Fuerzas Armadas: Construyendo paz y seguridad”. Como base a presentar la función de las Fuerzas Armadas en la sociedad y su contribución para garantizar un clima de estabilidad y de bienestar tanto a nivel nacional como fuera de nuestras fronteras. Las cartas irán dirigidas a un  militar anónimo o a la propia institución de las Fuerzas Armadas Españolas.

La carta ganadora ha sido la siguiente:

No te rindas

Querido soldado:

Aquí, en mi mesa, mientras te escribo, pienso en cómo será tu vida. Y quiero  decirte, como si estuvieras a mi lado, algunas cosas.

Sé que no ha de ser fácil superar todas las dificultades que atraviesas cada día. Tienes que convivir con las críticas -no siempre hechas con buena intención- de quienes piensan que tu trabajo no es necesario. Y, naturalmente, quienes piensan así lo hacen desde la comodidad de sus casas, desde la seguridad de las calles, las costas y los cielos que tú guardas. Lo hacen desde la ventaja de tener las redes eléctricas, informáticas y alimentarias a salvo gracias a los que son como tú.

Sé que tienes que vivir y luchar en el Báltico, el Índico o el Golfo de Guinea sin que muchas veces sepan en tu hogar que estás allí, tan lejos del calor de los tuyos y sabiendo que -como ha pasado con tantos compañeros- quizás ni siquiera vuelvas. Sabes que todas esas piedras que dificultan tu camino son las mismas con las que aquí edificamos los muros de nuestra seguridad, esa barrera invisible que llamamos paz.

Sé que todas esas horas en el puente de una de nuestras fragatas en el Mediterráneo, vigilante en el frío de las llanadas de Letonia, volando en un Eurofigther ante cualquier aviso de intrusión aérea, en el calor extremo del desierto en Malí, encerrado en un laboratorio en la Antártida o dentro de un Leopard en Lituania, con tu mono de vuelo o tu uniforme de faena, han de ser durísimas. Pero también pienso que todo eso no te aparta de tu meta, que es conseguir hacer de este mundo uno mejor para nosotros sirviendo con honor y lealtad. Que ese sufrimiento no te desvíe de tu objetivo final, que es proteger nuestro país, a tus amigos, a tus familiares, a mí y, también, a los que ni siquiera te recuerdan o lo hacen con indiferencia. A todos nosotros nos das cada día, sin que lo sepamos, la oportunidad de vivir, estudiar, trabajar, acudir a un concierto o una exposición bajo ese paraguas invisible que sostienes y que aquí llamamos paz.

Soy consciente de que yo no represento a la sociedad, pero lo único que te puedo decir es… que no te rindas. No bajes los brazos de los mandos de tu avión, ni del timón del barco, ni del volante del carro de combate, la ambulancia o el camión de suministros. No tires la toalla nunca aunque pienses que está todo perdido. En ese momento recuerda a todas aquellas personas que están contigo, desde tus familiares hasta cualquier ciudadano español. Porque te debo decir, y en esto no me equivoco, que no estás solo, que a tu lado y detrás de ti estamos todos nosotros.

Por todo ello quiero darte gracias a ti, soldado, que sacrificas tu vida en el campo de batalla para darnos una vida a todos; a ti, soldado, cuya labor silenciosa e incansable durante horas en el laboratorio permite el avance de la ciencia; a ti, soldado, que resistes porque sabes que lo que haces es indispensable para que cada día podamos salir de casa en la mañana y regresar por la noche escribiendo -como tú haces ahí- nuestra historia.

Que esta carta te dé fuerzas para que sepas que todos seguimos tu ejemplo y te apoyamos dando lo máximo en nuestros puestos, estudiando, trabajando, recordándote aun sin conocerte.

Puede que ni tú ni yo salgamos en los libros de historia pero, para mí, eres el verdadero héroe que protege mi mundo.

Gracias.